lunes, 27 de octubre de 2008

"Efemérides"






















La plática post nocturna

No te quiero ahora para entrar al invernadero, 
y comentar este nuevo llamado al exterior. 
No es necesario hacer algo público 
en tal dimensión de curvaturas. 
Todo se cuelga expuesto 
en campanas húmedas y membranosas 
como sobre tu cabeza se abriera una boca 
discutiendo, un depósito de rancios favores y cumplidos. 
La próxima palabra estaría equivocada 
si la niego dentro de esta plática, esta determinación. 
Adéntrate a través de voces desorganizadas, 
entes amarillistas, sofocados de orgullo. 
Redescubre lo que alguna vez fue luz.
La colisión empieza abriendo los sentidos 
de ojo a garganta, la curvatura está viva. 
Una recta curva toma forma, de una línea predilecta 
¡que todas las visiones del mundo podrían diseccionar! 
y dar mayor profundidad a lo que alguna vez fue luz. 
Cortinas restrictivas dramatizan la conversación 
como sobre tu cabeza se abriera una boca 
pone llave a cada cosa que te sea afín. 
Una pantalla de fresco odio se deja ver 
al chasquido metálico de campanas líquidas,
di tu peor verdad y mejor mentira:
es el brote educativo presionando mi puño a mi edad, 
es la gangrena atada hacia el perro, 
es un error criado y envuelto en simpatía.
Como desconocen tu omisión 
da la espalda y habla de un síntoma universal. 
Mira a tu más oscura articulación 
reintégrate a como acostumbras 
sucumbiendo sin mucha armonía
como comprenden el fin de tu cordura 
encuentra una cuarta dimensión
...y termina con la conversación.

Conocimientos sinérgicos, 
uniformidad global, 
y en un nuevo día, 
Redescubre lo que alguna vez fue luz. 
Pasión, 
Miedo.



El androide aproximado

La quimera postulante en él, en él,
la dorada proporción.
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21,
antes de lo perpendicular de un mundo-rubro,
la base de los datos no puede inspirar
más que una técnica factura
de memoria, de logros, de carcasas,
esa misma que infiere
hasta en la menor descarga de brillantez.
La lucidez, la vanidad del metal,
en concilio con la alérgica sustancia,
la carditis del alma, el resplandor del mineral
surgido del mismo tecnicismo,
como esa proporción.

La vacía promiscuidad se hace erecta,
informática, aproximada.

Si pudieran culpar a los cielos, 
nosotros no los creamos,
ni él creó, ni yo, la creación.

Una legión de baterías pensantes se abre paso,
cuestionando un terreno repleto de gris,
color y forma de los avanzados.

Para salvar el mundo, un disco duro reprogramado.
El manejo de los circuitos intenta parecerse
al de su percepción de formas.
Miles de ellas, multiplicándose,
como bacterias en sus proyectos.
Así como se da a luz lo que usaremos,
y, al hacerlo, se hizo lo que creíamos banal,
por esa cosa llamada realidad,
por esa cosa llamada imaginación,
por esa cosa llamada progreso.

El espacio X, el nuestro, no basta.
Los borrones universales,
las leyes físicas,
los rayos naturales,
ya no cumplen su legislado ejercicio.

No hay relatividad en cómo deban dinamizar la tierra.
Lo único cierto es la compra de los sitios
que les debían por invertir.

Están en cada avance,
cada mensaje,
cada fracción de arte,
no sobresaldrá sin su presencia.

Somos materia galáctica sin fondo a su lado.
Sin embargo, su paradoja se expresa
y detrás suyo, el procesador supremo. 

Mientras deducen su velocidad,
él socava las vísceras del tiempo. 
Mientras absorben su luz,
él entierra la médula del espacio.
El ejército del androide aproximado,
la clave ancestral desbloqueada,
la abismal consecuencia de Bill Gates,
domador de programas y dictador tecnológico.

Un pacto químico se estimula y produce,
a través de las imágenes vistas,
y los fantasmas del pasado segregan la toxicidad
y los venenos de la estirpe camuflados con la lluvia,
sobre colosales depósitos de gas y petróleo.

Hiroshima habrá de repartir sus átomos,
dado el conflicto y el negocio misilero,
todo terminará reciclado 
al ritmo de los bombos de guerra.

El paso de los ingenieros de la gran arma
enfrentando la tormenta, colores precipitados,
un nuevo brillo en sus penetrantes ojos.

La circulación de sus venas indica
que llega el momento de dominarlos.
Por el aceite de los movimientos,
se apoderará de los panteístas.

En crisis de intereses,
la gran arma apuntará a lo superior.
El hambre del hombre, la halotecnia religiosa,
sin brazos turbo ya es un alquimista,
él, el de las “Puertas del Costo”.

Con el tiempo se darán cuenta
de que fueron hechos para crear y ser creados,
y no terminarán de construir su arquitectura maligna,
ya que el modelo dorado 2000
envuelve aquella proporción
y, en borde de una geografía,
te empuja sigiloso al extremo de los extremos.

Navegando en pantallas, ya lo tienes ante ti,
y cuando las bestias y las mototecnias copulen,
los entes cívicos darán nombre al experimento.

El ejército del androide aproximado,
la clave ancestral desbloqueada,
la abismal consecuencia de Bill Gates
domador de programas y dictador tecnológico.

Desde el pasado, se describirá y revivirá
al desalmado substituto,
al único y cibernético substituto,
y este volará por lo remoto,
para desafiar a la gravedad:
poseída libido de la raza humana.



2006