martes, 9 de agosto de 2016

Mañana a las 7 de pie. Inútilmente trato de conciliar el sueño. La pantalla parece que hipnotiza con su afectividad vicaria. Ya me he vuelto inmune al café. Resistencia. Pundonor. Suelo dejar la radio prendida o un playlist sonando toda la madrugada, a modo de anestesia musical. Ahora suena "Entonces es como dar amor" de Spinetta. Pienso en la palabra amor a ver si así puedo finalmente dormir. Afuera el ruido del camión de basura, sonando de fondo, se suma a la mezcla, ironizando la situación. Mientras dentro, en el resto de la casa, una tranquilidad sospechosa, hasta cierto punto inexplicable, de otra forma que no sea durante el insomnio.

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