viernes, 13 de enero de 2017

El misionero solitario

Curioso. Al investigar sobre el hombre de la foto, doy con el Padre Alberto de Agostini, antiguo misionero salesiano, montañista y geógrafo. Fue conocido en su tiempo como el explorador de la Patagonia. Lo que salta a la luz es la similitud de la fotografía con el clásico cuadro de Caspar David Friedrich, "El caminante sobre el mar de nieblas". Dado que el hombre en ambos casos mira de espaldas hacia un punto fijo, en medio de un ambiente natural inhóspito, solitario e imponente. El sentimiento del cuadro se ve asimilado de forma particular en la fotografía. La vista hacia las Torres del Paine también connota romanticismo. Quizá la única diferencia fundamental sea que en el cuadro el hombre en cuestión se halla en las alturas, mientras que en la foto el hombre se encuentra frente a las orillas de un pequeño arroyo, contemplando seguramente la serenidad del agua o su propio reflejo en ella, y atrás el reflejo de la montana invertido. La comparación entre el cuadro y la foto habla de un espíritu similar: el espíritu de exilio y de búsqueda interior, abierto a la inmensidad de la naturaleza. De Agostini quizá represente, de esta forma, a una especie perdida de religioso humanista. Una inquietud romántica, más humana e inclusive más espiritual que el solo afán de colonización evangélica. En esa pura escena demuestra que lo sublime no necesita de intermediarios.


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