sábado, 10 de junio de 2017

Batman

El Batman de los sesenta, interpretado por el fallecido Adam West, tenía la particularidad de ser un Batman kitsch, caricaturesco y hasta algo psicodélico. No pretendía profundidad ni grandilocuencia trágica. Era una parodia viviente. Una suerte de quijote sin la lectura romántica e idealista. Algo muy sui generis, alejado del Batman de Tim Burton y Schumacher, con tintes de superhéroe gótico, y del Batman de Nolan, que indaga en la faceta moral, psicológica y, hasta cierto punto, existencialista del caballero de la noche. El Batman de Adam West fue en verdad el primer Batman capaz de reírse de si mismo. Algo impensado hoy por hoy.

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