jueves, 27 de julio de 2017

Chill Out

Hay un pub frente a la plaza O Higgins cerrada, muy cerca del Congreso, calle Almirante Barroso. Se llama Chill Out. Por dentro, un diseño minimalista. Por fuera, la fachada de edificio patrimonial. En inglés, Chill Out significa algo así como relajarse, "enfriar" las pasiones. Pasando hoy por la tarde, un tipo entraba una java. La imagen mental de la cerveza se vaciaba entonces lentamente sobre un vaso imaginario. Hacía, a propósito, un frío del demonio. Desde el fondo acababa un hit noventero, para comenzar a sonar esa mezcla de trance y lounge que haría juego con el concepto del local. Por supuesto que solo la música daba la sensación de vida, porque no había nadie ahí a excepción de un par de sujetos de cuello y corbata, seguramente oficinistas brindando por su hora feliz. De cara a una de las ventanas, se dejaba ver el comienzo de un video de classic project. Salía en eso una mina a fumar. El frío era tal que arrugaba su frente. En el instante en que miraba a otro lado, dejaba de sonar Black Velvet de Alannah Myles. La chica repentina botaba su cigarrillo al suelo, luego de haber hablado por celular, y entraba justo antes del loco de la java. Cerca de la ventana solo se oía retumbar, a lo lejos, la risa de los oficinistas. Adentro el alcohol hacía lo suyo. Afuera la sensación, en cambio, era extraña por opaca. La música del video de Classic project desaparecía lentamente, a medida que se dejaba el lugar y se avanzaba hacia la vereda. El minimalismo del sitio era tan escandaloso como lo iba siendo la soledad de la calle en el transcurso de una cuadra.

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