martes, 7 de noviembre de 2017

A un lado del Preucv de Viña, un par de hombres instalados con colchones, un carro de supermercado y un montón de utilería en el terreno contiguo al estacionamiento de un edificio. Echados ahí empezaban a hablar sobre el rigor de la pega y sobre la Navidad. De repente dirigían la palabra justo antes de tomar la micro en el borde de la calle. Decían que hoy no harían nada, y que para la pascua arreglarían todo el rincón en el que vivían, con luces y guirnaldas. El otro repetía que su compañero era "la que hacía de mujer". Él le respondía con una risa disimulada, pegándole un paipazo amistoso. Sin escuchar demasiado, y asintiendo luego su discurso, explicaban que todo el mundo en el centro los conocían. Que ya ni los pacos los molestaban, porque no le hacían mal a nadie. Al repetir eso uno de ellos, el otro se quedó mirándolo fijo. "Lo importante es tener esto limpio, joven", señalaba hacia su cabeza. "¿El pelo wn?", "No, la conciencia wn, la conciencia". Antes de acabar la charla para el retiro, no quedó otra que asentir y agregar que eso era lo más importante, "no tener problemas con nadie". El sujeto más grande alzaba el dedo gordo y se levantaba para ir a buscar una camisa colgada en una silla sobre la intersección Viana-Alvarez. El otro, a lo lejos le hacía una señal con la mano. Sacó luego una radio antigua y se puso a escuchar una emisora desconocida.

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